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El sueño que vive en nuestro corazón

Jul
14

15 de febrero de 2020

El sueño que vive en nuestro corazón
¡Hola, queridos! Quiero compartir con vosotros un sueño que vive en nuestros corazones. ¡Un sueño enorme y humanamente irreal! ¿Quizás Dios lo puso en nuestro corazón? Porque sin Él, sin Su guía, sin Su ayuda y supervisión, este sueño NO se hará realidad. Lo llevo mucho tiempo conmigo, desde Italia. No podría atreverme a decirlo en voz alta, porque es inalcanzable ante los ojos humanos.
Y ayer, cuando vi cuánta gente buena, cariñosa, sensible, humana y valiosa me rodeaba, ¡me volví más audaz y creí en el milagro!
Entonces, soñamos con construir una clínica oncológica infantil en la ciudad de Rivne. Con un cuarto de baño en cada habitación. Con ventilación, purificación de aire, con camas ortopédicas para niños y (importante) para un adulto. Donde la señora de la limpieza y el personal no le griten a los pacientes, donde el médico trata y no mira la billetera. Donde el protocolo de tratamiento es el más avanzado, y nadie se niega a mejorar sus calificaciones. Donde hay psicólogos para los niños y los padres. Donde la actitud no cambia según el estatus social.
Donde limpian la sala después de las 10 de la mañana, cuando ya todos están despiertos. Donde el gotero da una señal cuando se ha agregado el medicamento. Donde la comida deliciosa es diferente cada día. Donde los pacientes terminales no son enviados a casa. Dónde se realiza el trasplante. Donde lloran contigo. Donde se abrazan cuando ya te estás quedando sin fuerzas…
Puedo escribir más y más…
No os he descrito lo que es irreal, os he descrito lo que vivimos en nuestra propia piel. Creo que la manera en la que hemos sido tratados en ese hospital no ha sido en vano. Y sí, todo está en manos de Dios. Incluso la mejor medicina no puede cambiar lo que es permanente. Y podemos facilitar el curso del tratamiento, podemos aliviar el sufrimiento del niño y de los padres. ¡Nos merecemos lo mejor! ¡Nos merecemos la honestidad! ¡Sí, aquí, en Ucrania, en estos tiempos! Señor, ayúdanos…
Hasta ahora no hay proyectos, planes, estatutos. Pero está Dios, con el poder de realizar lo irrealizable. ¡Y un corazón que cree en Sus milagros!
¡Conectad con el mismo sueño! Orad por esto. Pensadlo. ¡Y creo que pronto, muy pronto, Dios responderá!
El cielo sonríe cuando pensamos en los demás. Puede ser que llamemos a la clínica así: «La sonrisa de Tymosha».

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